es-Complicaciones Cardiovasculares de la Anorexia Nerviosa
Dr. Roberto Dos Santos
Introducción
La anorexia nerviosa (AN) es un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA) asociado a un desorden en la percepción de la imagen corporal y un temor irracional a aumentar de peso, que afecta principalmente a mujeres adolescentes. Esta condición incluye conductas como la restricción de la ingesta de alimentos, el ejercicio excesivo, atracones seguidos de vómitos, y el uso de laxantes o diuréticos. Su gravedad radica en su capacidad para causar muerte prematura debido a complicaciones médicas o suicidio. Entre las complicaciones médicas, las cardiovasculares son las más graves.
Repercusiones Cardiovasculares de la Anorexia Nerviosa
Las repercusiones cardiovasculares de la AN son bien conocidas y constituyen la principal causa de muerte en esta población. Estas incluyen modificaciones en la estructura y funcionamiento del corazón, predisponiendo al desarrollo de arritmias potencialmente mortales si no se tratan oportunamente.
Modificaciones en la estructura del corazón
El músculo cardíaco sufre modificaciones estructurales que conducen a alteraciones en su función contráctil. La base de estas alteraciones es aún poco conocida, aunque se ha propuesto que se deba en parte a déficit de tiamina y otras vitaminas, disturbios hormonales, así como por el efecto tóxico directo de algunas sustancias que utilizan algunos de estos pacientes. Como se ha demostrado mediante estudios de Ecocardiografía Doppler, existe una disminución de la masa del ventrículo izquierdo con una depresión de la función contráctil, que sumado a la atrofia de los músculos periféricos provoca una disminución en el retorno de sangre al corazón, disminuyendo el volumen de sangre que expulsa el corazón. Esto podría explicar los síntomas que manifiestan algunos pacientes, tales como baja presión arterial, los mareos y el síncope (pérdida de conocimiento debida a un descenso transitorio del flujo sanguíneo cerebral). También se han descrito otras alteraciones como el prolapso de la válvula mitral y el derrame pericárdico, que por lo general son de leve entidad.
Aumento en los niveles de colesterol:
Es frecuente observar una elevación de los niveles de colesterol como consecuencia de un aumento de la degradación de las grasas corporales, alteraciones en la regulación hormonal, así como una disminución en su eliminación.
Alteraciones Eléctricas: Riesgo de Arritmias y Muerte Súbita
El ritmo cardíaco está regulado por una variedad de factores tales como estímulos por parte del sistema nervioso, estímulos hormonales, niveles de sustancias circulantes que poseen carga eléctrica (sodio, potasio, magnesio, calcio, etc.), condiciones propias de las células cardíacas, entre otros.
El trastorno del ritmo más frecuentemente observado en individuos con AN es un enlentecimiento excesivo de la frecuencia cardíaca, conocido como Bradicardia Sinusal. Este se debe, entre otros factores, a la disminución del metabolismo, así como a desequilibrios en el sistema nervioso simpático y parasimpático con una mayor actividad parasimpática (con efecto depresor de la contractilidad cardíaca). La bradicardia puede ser severa en etapas tempranas de la enfermedad, aunque es raro que requiera tratamiento con marcapasos.
Durante cada latido la célula cardíaca modifica sus propiedades y atraviesa dos etapas eléctricamente opuestas: la etapa de despolarización (en donde se activa eléctricamente), y la etapa de repolarización (momento en donde recupera sus propiedades eléctricas basales y se prepara para una nueva activación). En individuos con AN es frecuente observar alteraciones en las propiedades eléctricas de la célula cardíaca que predisponen al desarrollo de arritmias que pueden llegar a ser mortales si no se detectan.
Importancia del Electrocardiograma de control
Algunos de estos cambios celulares se pueden objetivar en un Electrocardiograma, donde podemos evaluar la frecuencia cardíaca y medir el tiempo que tarda el tejido cardíaco en despolarizarse y volver a repolarizarse. El Intervalo QT es un intervalo de tiempo que se puede medir en el electrocardiograma y nos permite estimar cuánto tarda la célula cardiaca en recuperarse eléctricamente. Es frecuente observar una prolongación de ese intervalo en individuos con AN. Esta condición conocida como QT prolongado, en particular cuando se presenta en pacientes con ritmo cardíaco lento, predispone al desarrollo de arritmias ventriculares potencialmente mortales, pues un estímulo eléctrico puede incidir sobre las células en un período vulnerable, cuando estas aún no se han recuperado eléctricamente y no están preparadas para un nuevo ciclo, pudiendo desencadenar una taquicardia ventricular conocida como Torsade de Piontes, que a su vez puede evolucionar a una Fibrilación Ventricular y paro cardio-respiratorio, llevando así a la muerte del paciente.
Esto subraya la importancia de la valoración cardiológica y la realización de un electrocardiograma a todos los pacientes con AN, buscando detectar dichas alteraciones y así poder realizar tratamientos de manera oportuna.
Riesgo de arritmias durante la actividad física
En estudios realizados durante Pruebas Ergométricas (electrocardiograma que se realiza durante la actividad física, mientras el paciente pedalea en una bicicleta fija o camina en una cinta deslizante), se observó que algunos individuos con AN con una prolongación leve del intervalo QT en reposo, prolongaban significativamente el QT durante el ejercicio. Esto representa un problema, teniendo en cuenta que muchos de estos individuos suelen realizar ejercicio físico extenuante para lograr perder más peso, exponiéndolos a un mayor riesgo de arritmias durante el ejercicio.
¿A qué se deben las alteraciones eléctricas cardíacas?
Existe una pérdida de diversas sustancias que poseen carga eléctrica (conocidas como electrolitos), tales como el sodio (Na+), potasio (K+), magnesio (Mg+), calcio (Ca++), entre otros, los cuales están directamente implicados en la función eléctrica del corazón. El desequilibrio eléctrico provocado es la base de las principales alteraciones descritas anteriormente. La hiponatremia (descenso en los niveles de sodio) puede ser consecuencia de una mala nutrición, así como secundaria al uso de diuréticos o el consumo excesivo de agua. La hipopotasemia (descenso en los niveles de potasio), es el trastorno electrolítico más común, y habitualmente se debe al uso de diuréticos y laxantes o a la pérdida de potasio debida a la auto-provocación del vómito. La hipomagnesemia (descenso en los niveles de magnesio), también se puede explicar por el mismo mecanismo. También son frecuentes la hipocalcemia y la hipofosfatemia. Todos estos déficits contribuyen a la inestabilidad eléctrica del corazón.
Riesgo añadido del uso de algunos medicamentos
Debemos destacar que muchos de estos pacientes reciben además tratamientos con Psicofármacos, de los cuales varios pueden prolongar el intervalo QT en el electrocardiograma. En un contexto de bradicardia, la presencia de bajos niveles de potasio y magnesio, sumada al uso de fármacos que prolongan el intervalo QT, constituyen un terreno extremadamente fértil para el desarrollo de arritmias verntriculares, que pueden conducir a la Fibrilación Ventricular y la muerte súbita como se mencionó anteriormente.
Conclusiones:
Por todo esto, es importante que los pacientes que padecen de anorexia nerviosa sean asistidos por un equipo multidisciplinario, que incluya Nutricionistas, Psicólogos, Psiquiatras, Médicos Internistas y Cardiólogos. El seguimiento Cardiológico, con la realización de un electrocardiograma y el monitoreo de los valores de electrolitos en sangre, es fundamental para detectar y tratar condiciones que representen un mayor riesgo de arritmias, recordando que las arritmias ventriculares graves son la principal causa de muerte en esta población.